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Meditaciones

ÉL RESPONDERÁ

Enviado por Ruty el 13/01/2016 17:26

"Me invocará, y yo le responderé…" Salmo 91:15

 

Me entusiasmé mucho cuando encontré la cuenta de Twitter de mi actriz favorita, y decidí enviarle un comentario. Elaboré el mejor mensaje que pude y esperé su respuesta. Sabía que había pocas probabilidades de recibirla, ya que a una celebridad como ella, le enviarían muchísimos mensajes por día. De todos modos, esperé… pero me frustré.

 

Felizmente, sabemos que Dios sí contesta. Él es el «Altísimo», el «Omnipotente» (Salmo 91:1). Aunque su posición es elevada y su poder ilimitado, podemos acceder a Él, ya que prometió: «Me invocará, y yo le responderé» (v. 15).

 

Una antigua leyenda habla de un rey que contrataba tejedores para que le hicieran tapetes y vestidos. Les daba la seda y los diseños, y les indicaba que lo consultaran de inmediato si surgían problemas. Un tejedor hacía todo bien y estaba contento, mientras que el resto siempre tenía dificultades. Cuando le preguntaron por qué, respondió: «¿No vieron cuántas veces llamé al rey?». «Sí —le respondieron—, pero como siempre está tan ocupado, pensamos que no debías molestarlo tanto». El muchacho contestó: «¡Solo le obedecí, y él estaba muy feliz de poder ayudarme!».

 

Nuestro Dios es como ese rey… pero mucho más grande.

 

En su inmenso amor y bondad, se ocupa de nuestras cosas más pequeñas.

 

Señor, me asombra poder acudir a ti en oración con mis pequeñeces.

 

¿ES VERDAD QUE ESCUCHA?

Enviado por Ruty el 13/01/2016 17:18

"… Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" Mateo 27:46

 

“A veces, me parece que Dios no me escucha». Estas palabras de una mujer que intentaba mantenerse firme en su andar con Dios mientras lidiaba con un esposo alcohólico reflejan el clamor de muchos creyentes. Durante años, le pidió al Señor que lo cambiara, pero eso nunca sucedió.

 

¿Qué debemos pensar cuando le pedimos una y otra vez a Dios algo bueno, algo que podría glorificarlo con facilidad, pero la respuesta no llega? ¿Nos escucha o no?

 

Observemos la vida del Salvador. En el huerto de Getsemaní, agonizó durante horas en oración, derramando su corazón y rogando: «pase de mí esta copa» (Mateo 26:39). Sin embargo, la respuesta del Padre fue un claro «no». Para proveer salvación, Dios tenía que enviar a su Hijo a morir en la cruz. Aunque Jesús estaba atravesando una prueba durísima, oró con intensidad y pasión porque confiaba en que su Padre lo estaba escuchando.

 

Cuando oramos, quizá no veamos cómo está obrando Dios ni entendamos que haya algo bueno en lo que nos pasa. Por eso, debemos confiar en el Señor, renunciando a nuestros derechos y dejando que Él haga lo más apropiado.

 

Debemos dejar lo desconocido en manos del Omnisciente. Él oye y lleva a cabo las cosas a su manera.

 

Señor, no necesitamos saber por qué a veces parece que no respondes. 

Ayúdanos a esperar tu tiempo, porque eres bueno.

 

SIGNIFICADO DEL NOMBRE

Enviado por Ruty el 15/12/2015 21:18

"… llamarás su nombre Jesús…" Mateo 1: 21

 

Según un artículo de un diario famoso, en muchos países africanos, a los niños suelen ponerles nombre en honor a una visita famosa o un evento especial e importante para los padres. Cuando los médicos les comunicaron a los padres de un niño que no podían curarlo y que solo Dios sabía si viviría, lo llamaron «Dios sabe». Otro hombre dijo que se llamaba «Basta», porque su madre tenía trece hijos y ¡él era el último! Todo nombre tiene su razón, y, en algunos casos, expresa un significado especial.

 

Antes de que Jesús naciera, un ángel le dijo a José: «[María] dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mateo 1:21). Jesús es la forma griega de Josué, que quiere decir «el Señor salva». En aquella época, es probable que muchos niños se llamaran Jesús, pero solo uno vino a este mundo a morir para que todo aquel que lo recibe tenga vida, perdón y liberación del poder del pecado eternamente.

 

Como expresa la incomparable y mundialmente conocida canción «¡Cuán grande es Él!»: Cuando recuerdo del amor divino que desde el cielo al Salvador envió. Aquel Jesús que por salvarme vino y en una cruz sufrió por mí y murió.

 

Jesús vino para convertir nuestra oscuridad en luz, darnos esperanza y salvarnos.

 

Dios, reconozco que Jesús vino al mundo para salvarme. 

 

¡Gracias!

 

EL REGALO PERFECTO

Enviado por Ruty el 15/12/2015 21:12

"Dad al Señor la honra debida a su nombre; traed ofrendas, y venid a sus atrios." Salmo 96:8

 

Todos los años, el jardín botánico local realiza una exposición sobre la Navidad en el mundo. Lo que más me gusta es una escena francesa. En lugar del cuadro tradicional con pastores y magos con regalos de oro, incienso y mirra, hay aldeanos franceses que le llevan de regalo a Jesús lo que Dios les dio a ellos la capacidad de producir: pan, vino, queso, flores y otras cosas. Esto me recuerda el mandato del Antiguo Testamento de entregarle al Señor las primicias de nuestro trabajo (Éxodo 23:16-19). Esta escena navideña ilustra que todo lo que tenemos proviene del Señor, así que lo único que tenemos para darle es aquello que recibimos de su mano.

 

Cuando Pablo instruyó a los romanos a presentar sus cuerpos en sacrificio vivo, estaba diciéndoles que le devolvieran a Dios lo que Él les había dado: la vida entera (Romanos 12:1). Esto incluye las dádivas divinas, incluido el trabajo con que se ganaban la vida. Sabemos que el Señor concede habilidades especiales: David era un músico talentoso (1 Samuel 16:18); Bezaleel y Aholiab tenían habilidad para tareas artísticas (Éxodo 35:30-35); y algunos son dotados para la escritura, la enseñanza, la jardinería y otras actividades.

 

Devolverle a Dios lo que Él nos dio primero es el regalo perfecto: todo nuestro ser.

 

¿Qué puedes ofrecerle a Jesús?

 

CÓMO SER PERFECTO

Enviado por Ruty el 15/12/2015 20:02

"… una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados." Hebreos 10:14

 

En la temporada navideña, la búsqueda de la perfección se intensifica: imaginamos una celebración perfecta y nos esforzamos al máximo para lograrla, compramos los regalos perfectos, organizamos la comida familiar perfecta y elegimos la tarjeta de Navidad perfecta. Sin embargo, nuestros esfuerzos nos dejan desanimados y decepcionados cuando no podemos concretar lo imaginado: un desganado «gracias» por el regalo escogido, parte de la comida que se quema, un error tipográfico en las tarjetas que enviamos, niños que se pelean por los juguetes y adultos que reviven antiguas discusiones.

 

No obstante, estas desilusiones deberían hacernos recordar el verdadero sentido y la gran importancia de la Navidad: el nacimiento de Jesús, el perfecto Hijo de Dios y Salvador, el único en quien podemos ser perfeccionados y justificados (Romanos 3:22).

 

La Navidad es necesaria porque, sin ella, nadie es ni puede ser todo lo que desea; ni siquiera por un mes, una semana o un día.

 

Si este año, tu celebración de Navidad está lejos de lo ideal, no te preocupes; deja que se convierta en un recordatorio de que la única manera de poder ser hechos «perfectos para siempre» (Hebreos 10:14) es vivir por fe en la justicia de Cristo.

 

¿Qué esperas de esta Navidad? Concéntrate en el Señor Jesús.

 

¿DE QUÉ SE TRATA LA NAVIDAD?

Enviado por Ruty el 09/12/2015 09:43

"Había pastores […] que velaban y guardaban […] su rebaño." Lucas 2: 8

 

Hace 50 años, se televisó por primera vez el musical La Navidad de Charlie Brown. Algunos ejecutivos del canal pensaron que nadie la vería, y otros temían que los televidentes se ofendieran si se citaba la Biblia. Por eso, le pidieron al autor que omitiera la escena de la Navidad, pero se negó. Poco después, el programa era un éxito, y todavía sigue emitiéndose cada año.

 

Cuando Charlie Brown, el frustrado director de una obra infantil navideña, se desanima ante la atmósfera comercial de la celebración, pide que alguien le explique el verdadero significado de la Navidad. Linus recita Lucas 2:8-14, que incluye este pasaje: «que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!» (vv. 11-14). Y agrega: «De eso se trata la Navidad».

 

En medio de las dudas y los sueños que tenemos en esta época, es bueno volver a meditar en el gran amor de Dios manifestado en la conocida historia del nacimiento de Jesús, el Salvador.

 

Señor, ayúdame a apreciar más tu asombroso regalo en Cristo.

 

EL COMIENZO DE LA NAVIDAD

Enviado por Ruty el 09/12/2015 09:35

"Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado…" Mateo 1:24

 

Cuando el ángel Gabriel se le apareció a María y, más tarde, a los pastores para darles la buena nueva para el mundo (Lucas 1:26-27; 2:10), ¿esa noticia fue buena para aquella jovencita? Quizá María pensó: ¿Cómo le explico a mi familia que estoy embarazada? ¿Mi novio, José, romperá el compromiso? ¿Qué dirá la gente del pueblo? Aunque me perdonen la vida, ¿cómo voy a sobrevivir siendo madre soltera?

 

Cuando José se enteró del embarazo de María, se perturbó. Tenía tres opciones: seguir adelante con el matrimonio, divorciarse públicamente y dejar que la gente se burlara de ella o romper en secreto el compromiso. Escogió la tercera, pero Dios intervino diciéndole en un sueño: «no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es» (Mateo 1:20).

 

Para María y José, el comienzo de la Navidad significó someterse a Dios a pesar de los impensables desafíos emocionales que implicó. Al confiar en el Señor, fueron un ejemplo de la promesa de 1 Juan 2:5: «el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado».

 

Que el amor de Dios no solo llene nuestro corazón en esta temporada navideña, sino cada día de nuestra vida.

 

Señor, llena mi corazón al disfrutar el regalo de tu amor y perdón en tu Hijo Jesucristo.

 

UN SIERVO FIEL

Enviado por Ruty el 09/12/2015 09:24

"… el que sirve, que lo haga por la fortaleza que Dios da…" 1 Pedro 4:11 lbla

 

Madaleno es albañil. De lunes a jueves, construye paredes y repara techos. Es callado, confiable y trabajador. Después, de viernes a domingo, sube a las montañas a enseñar la Palabra de Dios. Habla náhuatl, un dialecto mejicano, lo que le permite comunicar sin problema la buena noticia de Jesús a la gente de esa región. Con 70 años, sigue construyendo casas, pero también edifica a la familia de Dios.

Lo han amenazado varias veces, ha dormido al aire libre y casi muere en accidentes automovilísticos y caídas. También lo han echado de algunos pueblos, pero él afirma que Dios lo ha llamado a esa actividad, y sirve con alegría. Como cree que la gente necesita conocer al Señor, confía en que Dios lo fortalecerá.

 

La fidelidad de Madaleno me recuerda la de Josué y Caleb, dos de los hombres que Moisés envió a explorar la tierra prometida para informar a los israelitas (Números 13; Josué 14:6-13). Sus compañeros regresaron atemorizados, pero ellos confiaban en Dios y estaban convencidos de que Él los ayudaría a conquistar la tierra.

 

La obra que se nos ha encomendado quizá sea diferente a la de Madaleno o la de Josué y Caleb, pero nuestra confianza puede ser igual. Para alcanzar a otros, no dependemos de nosotros mismos, sino del poder de nuestro Dios.

 

¿Eres fiel donde Dios te ha colocado para que lo sirvas?

 

EL PREMIO MAYOR

Enviado por Ruty el 25/11/2015 22:16

"Prosigo […] al premio del supremo llamamiento de Dios…" Filipenses 3: 14

 

En todas las actividades, hay un premio que se considera el epítome del reconocimiento y el éxito. Entre «los grandes premios», se encuentran una medalla de oro olímpica, un Grammy, un Oscar o un Premio Nobel. Sin embargo, hay un premio mayor que toda persona puede obtener.

 

El apóstol Pablo estaba familiarizado con los juegos de atletismo del siglo I, donde los competidores se esforzaban al máximo para ganar el premio. Con eso en mente, le escribió a un grupo de seguidores de Cristo en Filipos: «Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo» (Filipenses 3:7). ¿Por qué? Porque tenía su corazón enfocado en un nuevo objetivo: «a fin de conocer a Cristo y el poder de su resurrección, y de participar de sus padecimientos» (v. 10 rvc). Por eso, agregó: «prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús» (v. 12). Su trofeo por haber completado la carrera sería la «corona de justicia» (2 Timoteo 4:8).

 

Cada uno de nosotros puede aspirar al mismo premio, sabiendo que, cuando procuramos obtenerlo, honramos al Señor. En nuestras obligaciones diarias habituales, vamos camino hacia «el premio mayor»: el «premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (Filipenses 3:14).

 

Señor, dame ánimo para seguir sirviéndote.

 

LUCHAS COMPARTIDAS

Enviado por Ruty el 17/11/2015 22:15

"Llevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo" Gálatas 6: 2

El 25 de abril de 2015, se celebró el centenario del Día de Anzac, en el cual, Australia y Nueva Zelanda recuerdan a los miembros de sus respectivos ejércitos que lucharon durante la Primera Guerra Mundial. En aquella ocasión, ninguno de los dos países tuvo que enfrentar separadamente los peligros de la guerra, ya que ambas naciones participaron de manera conjunta en la lucha.

Una característica fundamental de los seguidores de Cristo es compartir con otros las luchas de la vida. Así nos desafió Pablo: «Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo» (Gálatas 6:2). Enfrentar juntos los desafíos de la vida puede ayudar a que nos fortalezcamos y respaldemos unos a otros en los momentos difíciles. Al expresarnos mutuamente el interés y el amor de Cristo, los problemas de la vida deberían acercarnos a Él y entre nosotros, en lugar de aislarnos y sufrir a solas.

Cuando somos partícipes de las luchas de los demás, reflejamos el amor de Jesús. Isaías 53:4 afirma: «Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores». Por más grande que sea el conflicto, nunca tenemos que enfrentarlo solos.

Padre, gracias porque no tengo que recorrer el sendero de la vida a solas. Tú siempre estás cerca.

 

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