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Meditaciones

Invisible y misterioso

Enviado por edupa el 12/07/2012 19:36

Hechos 2:1-11 

Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa… —Hechos 2:2 

A menudo, en todo el mundo se experimentan los efectos dramáticos de algo que nadie puede ver.

Por ejemplo, en 2011, varias ciudades fueron devastadas por tornados que arrasaron vecindarios y distritos industriales. Además, durante las temporadas de huracanes, cuando vientos de más de 160 kilómetros por hora amenazan con destruir todo lo edificado, nos horrorizamos.

Todo esto es el resultado de una fuerza invisible. Sin duda, vemos los efectos del viento (banderas que flamean, escombros que vuelan), pero no podemos ver el viento en sí. Obra de manera invisible y misteriosa.

En un sentido, esto también se aplica al Espíritu Santo. En Hechos 2, cuando los creyentes fueron llenos del Espíritu en el día de Pentecostés, «de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados» (Hechos 2:2). Ese viento fue una muestra tangible para aquellos primeros cristianos de que el Espíritu invisible estaba obrando en sus vidas. ¡Y aún hoy sigue trabajando en nosotros! Si eres seguidor de Cristo, cobra ánimo. El Espíritu Santo produce fruto en tu vida (Gálatas 5:22-23), convierte a los creyentes en un cuerpo (1 Corintios 12:13) y te da seguridad de la presencia de Dios (1 Juan 3:24). El Espíritu Santo es una Persona poderosa en nuestra vida… aunque no podamos verlo.

El Espíritu Santo obra de manera poderosa, pero invisible.

NPD

¿Quién está detrás?

Enviado por edupa el 09/07/2012 18:22

1 Crónicas 17:16-24          

Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces… —Santiago 1:17

En un espectáculo cultural en Bandung, Indonesia, disfrutamos de la interpretación de una orquesta maravillosa. Antes del final, a cada una de las 200 personas de la audiencia se le entregó un angklung, un instrumento musical hecho de bambú. Nos enseñaron cómo sacudirlo siguiendo el ritmo que indicaba el director. Al poco tiempo, pensábamos que estábamos tocando como una orquesta; ¡nos sentíamos tan orgullosos de lo bien que lo hacíamos! Pero después, me di cuenta de que no éramos nosotros los buenos, sino que todo era mérito del director.

Asimismo, cuando todo funciona bien en nuestra vida, es fácil sentirnos orgullosos. Nos vemos tentados a pensar que somos buenos y que hemos triunfado debido a nuestras habilidades. En esos momentos, tendemos a olvidar que detrás de todo está nuestro buen Dios que promueve, previene, provee y protege.

David recordaba esa verdad: «Y entró el rey David y estuvo delante del Señor, y dijo: Señor Dios, ¿quién soy yo, y cuál es mi casa, para que me hayas traído hasta este lugar?» (1 Crónicas 17:16). El corazón de David desbordaba de aprecio por la bondad de Dios.

La próxima vez que seamos tentados a atribuirnos el mérito por las bendiciones que disfrutamos, hagamos una pausa y recordemos que es el Señor el que nos bendice.

La mano del Padre está detrás de todo lo bueno.

 

NPD

Un nuevo día

Enviado por edupa el 05/07/2012 10:38

Salmo 118:19-29 

Este es el día que hizo el Señor; nos gozaremos y alegraremos en él. —Salmo 118:24

 

En un culto matinal al que asistí hace poco, la persona que abrió la reunión empezó con una oración que decía algo así: «Señor, gracias porque hoy es el comienzo de un nuevo día que nunca vimos antes». Aunque la idea parecía evidente, esa plegaria me hizo pensar en un par de cosas. En primer lugar, como cada día es una oportunidad nueva, estará llena de situaciones que no podemos prever ni para las cuales estamos preparados. Por esta razón, es importante que reconozcamos nuestras limitaciones y que dependamos plenamente de Dios, para que podamos vivir en su gracia y poder, en vez de supeditarnos a nuestros recursos personales.

 

La segunda cosa que se me ocurrió es que lo novedoso de cada día es un regalo digno de celebrar. Quizá este concepto fue lo que impulsó al salmista a declarar: «Este es el día que hizo el Señor; nos gozaremos y alegraremos en él» (Salmo 118:24).

 

Es indudable que enfrentamos muchos «hoy» desconocidos… y que algunos pueden resultar difíciles. Pero el tesoro que contiene cada día nuevo es tan especial que Moisés fue inspirado a escribir: «Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría» (90:12). Cada jornada nueva es un regalo precioso. Quiera Dios que, con gratitud, vivamos todos los días con una plena confianza en sus propósitos y una humilde dedicación a Él.

 

Cada nuevo día nos da nuevas razones para alabar al Señor.

 

NPD

 

RELIGIÓN VERDADERA

Enviado por edupa el 26/04/2012 13:21

Santiago 1:19-27
La religión pura […]: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo. —Santiago 1:27

Hace poco, vi un anuncio de una marca de ropa para jóvenes. Muestra un pantalón vaquero y todos los accesorios diseñados para combinar con él. Esto no tiene nada de novedoso. Sin embargo, lo que me llamó la atención fue el nombre de esta línea de vestimenta: «Religión verdadera». Hizo que me detuviera a pensar. ¿Por qué escogieron ese nombre? ¿Es que no llego a interpretar algún significado más profundo? ¿Qué relación hay entre una marca de pantalones y la religión verdadera? ¿Qué quieren trasmitir con ese nombre? Mis reflexiones me dejaron con interrogantes sin respuestas.

Doy gracias de que el libro de Santiago es claro cuando describe la religión o la fe verdaderas: «La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo» (1:27). ¡Qué concepto tan estimulante! La «religión verdadera», la fe genuina, es una expresión de nuestra comunión con Dios. Una prueba de nuestra identidad en Cristo es la forma en que nos ocupamos los unos de los otros, para extender una mano al más débil y vulnerable, a aquellos que necesitan más ayuda.

La religión verdadera no es una ropa que se pone y se quita, sino un noble desafío sobre cómo vivir delante de un Dios santo y de los demás.

No anuncias una religión mediante una etiqueta, sino viviéndola.

NPD

Todo el día con DIOS

Enviado por edupa el 23/04/2012 13:44

1 Tesalonicenses 5:12-18
Orad sin cesar. —1 Tesalonicenses 5:17

Lorenzo (1614-1691) se sentía íntimamente cerca de Dios mientras, con humildad, fregaba utensilios en la cocina del monasterio. Sin duda, tenía horarios específicos para orar, pero descubrió que lo que más cambió su vida era hablar con Dios mientras trabajaba. En su clásico libro devocional titulado La práctica de la presencia de Dios, dice: «Es un gran engaño pensar que nuestros tiempos de oración deben diferenciarse de otros momentos. Estamos estrictamente obligados a ser fieles a Dios en la acción cuando hay que actuar y en la oración cuando hay que orar». En resumen, defendía el concepto de «[orar] sin cesar» (1 Tesalonicenses 5:17).

Este es un recordatorio útil, ya que, a veces, tendemos a compartimentar nuestra vida. Quizá oramos solamente en las reuniones en la iglesia, los grupos pequeños de estudio bíblico, los cultos familiares y el tiempo devocional personal. Pero ¿qué sucede durante las horas de trabajo? Orar en el trabajo no significa que tenemos que caer de rodillas con las manos entrelazadas y orar en voz alta, sino que podemos poner delante de Dios y a lo largo del día las decisiones laborales y las relaciones interpersonales.

Dondequiera que estemos y sea lo que sea que hagamos, el Señor quiere formar parte de ello. Cuando la oración entra en cada aspecto de nuestra vida, ¡quién sabe lo que Dios puede llegar a hacer para su gloria!

¡La oración verdadera es una forma de vida, no un desvío de emergencia!

NPD

Despertar con su Palabra

Enviado por edupa el 12/04/2012 15:28

Me anticipé al alba, y clamé; esperé en tu palabra.  Salmo 119:147

Parpadeé un poco hasta abrir los ojos, pero la habitación todavía estaba oscura. Era demasiado temprano para levantarse. Suspiré, acomodé la almohada y esperé volver a dormirme. Lamentablemente, una lista de cosas por hacer me bombardeaba el cerebro. Tenía que comprar alimentos, llevarle la comida a una amiga, contestar un correo electrónico, pedir una cita para ir al médico…

Si alguna vez estuviste abrumado y preocupado, sabes lo que significa mirar fijamente el techo cuando uno debería estar durmiendo. El escritor del Salmo 119 conocía bien esta situación. Escribió: «Me anticipé al alba, y clamé; esperé en tu palabra» (v. 147).

La Palabra de Dios consolaba de manera especial al salmista durante las noches de preocupación y desvelo. Aunque no podía hacer desaparecer sus problemas, declaró: «Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tus mandatos» (v. 148). Durante la noche, repasaba en su mente la Palabra de Dios una y otra vez. Se concentraba en las Escrituras en vez de hacerlo en sus preocupaciones. Esa práctica le permitió proclamar: «¡Oh, cuánto amo yo tu ley!» (v. 97).

Cuando las preocupaciones te despierten, recuerda esto: «… la palabra de Dios es viva y eficaz…» (Hebreos 4:12). Selecciona un pasaje y medita en él. ¡Nuestros desvelos no pueden competir con la Palabra de Dios!

Solo Dios puede aquietar nuestro corazón y tranquilizar nuestra mente.

NPD

Prepárate

Enviado por edupa el 09/04/2012 11:09

"Lo triste no es morir, sino quedar eternamente muerto"

Romanos 5:1-11
Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. —Romanos 5:9

Al igual que sus amigas, Marisa estaba muy ocupada preparándose para ser adulta. En la escuela, tomaba los cursos apropiados para prepararse para entrar en la universidad y se había inscrito para aprobar el examen de ingreso.

Fuera de la clase, Marisa estaba desarrollando las cualidades de sociabilidad que se requieren para llevarse bien con la gente. Por eso, pasaba tiempo con sus amigos, compañeros de escuela y de actividades deportivas. En su trabajo, aprendía las habilidades relacionales que necesitaría para una futura profesión. En casa, se estaba preparando para una futura vida familiar experimentando cómo interactúa una familia cristiana.

Prepararse para la vida adulta requiere trabajo, y Marisa estaba progresando bien.

Pero ninguno de esos preparativos eran lo que iba a necesitar. En el 2002, cuando murió en un accidente automovilístico, a los 17 años, la única preparación que importó fue estar en condiciones de entrar en el cielo.

Cuando la prueba de preparación más genuina llegó tan repentinamente aquella hermosa tarde de junio (cuando la puerta de la eternidad se abrió para Marisa), ella estaba preparada. Había puesto su fe en Jesucristo y confiado en su sacrificio sobre la cruz por los pecados de ella. (Juan 3:16; Romanos 5:8-9).

Cuando enfrentó la prueba suprema de la preparación, Melissa estaba lista. ¿Lo estás tú?

Si hoy te llegara la muerte, ¿estarías preparado para encontrarte con Dios?

NPD

ESPERANZA

Enviado por edupa el 09/04/2012 11:04

Santiago 1:2-4
… la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza. —Romanos 5:3-4

Cuando mi esposo construyó una galería delante de nuestra casa, esperaba que algún día un pájaro hiciera allí su nido. Por eso, dejó una inclinación en la parte superior del poste esquinero. Más tarde, nos reíamos orgullosos cuando veíamos que los petirrojos se esforzaban al máximo para apoderarse del lugar para construir un nuevo hogar. Los montones de hierba en el piso revelaban sus malogrados esfuerzos. Sin embargo, después de dos días de lluvia incesante, vimos que había aparecido un nido en el mismo sitio que considerábamos imposible. Debido a la lluvia, la Sra. Petirrojo pudo hacer un poco de argamasa de barro. Entretejiéndolo con ramitas y hierba, nuestra decidida amiga emplumada se había construido un nido nuevo. Había perseverado.

¡Qué inspiradora es la perseverancia! Tratar de vivir una vida que honre a Cristo en medio de circunstancias difíciles puede frustrarnos y desanimarnos. Pero, cuando dependemos de la ayuda del Señor para atravesar los problemas, recibimos poder para seguir adelante, aun cuando no siempre podamos ver cómo solucionar nuestras dificultades. Gálatas 6:9 nos insta a que «no nos cansemos, pues, de hacer bien» y a que no nos rindamos.

¿Está Dios utilizando en tu vida un desafío aparentemente insuperable para producir perseverancia? Permítele que, a través de esa prueba, fortalezca tu carácter y, como consecuencia, aumente tu esperanza (Romanos 5:3-4).

Cuando el mundo dice: «ríndete», la esperanza susurra: «¡inténtalo una vez más!».

NPD

Enemigo de la confianza

Enviado por edupa el 17/03/2012 11:05

Lectura: Jueces 7:2-8
Y el Señor dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho… —Jueces 7:2

Los comandantes militares siempre quieren tener suficientes soldados para llevar a cabo su misión. La mayoría preferiría tener demasiados en vez de pocos, pero no todos concuerdan con respecto a qué cantidad es suficiente.

Cuando Gedeón reclutó un ejército de 32.000 hombres para luchar contra los que oprimían a los israelitas, el Señor le dijo: «El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado» (Jueces 7:2).

Entonces, el Señor empezó a reducir el ejército de Gedeón. Cuando permitió que se fueran los que tenían miedo, 22.000 hombres regresaron a su casa (v. 3). Una segunda reducción disminuyó el potencial de los 10.000 soldados restantes a 300, de los cuales el Señor dijo: «Con estos trescientos hombres […] os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos» (v. 7). Y así fue (vv. 19-23).

En nuestra vida de fe, nuestros recursos pueden convertirse en enemigos de la confianza. Dios quiere que dependamos de Él, no de nuestra propia fuerza, ya sea física, financiera o intelectual.

Cuando el Señor reduce nuestros recursos de «32.000 a 300», no está castigándonos, sino que es su manera de preparar las cosas para que Él sea glorificado a través de nuestra vida, al reconocer su poder y confiar en su ayuda.

Cuando Dios nos asigna una tarea imposible, esta se torna posible.

 

El recogedor

Enviado por edupa el 14/03/2012 12:39

Lectura: Juan 14:1-6
Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. —Juan 14:3

La vida es una empresa riesgosa. A veces, volamos alto mientras disfrutamos de grandes éxitos. Pero, de pronto, caemos en profundas desilusiones y en la inquietante realidad del fracaso que hacen que nos preguntemos interiormente si hay algo que valga la pena anhelar.

Hace poco, en un funeral, el pastor contó la historia de un trapecista. El artista reconoció que, aunque a él lo consideran la estrella del espectáculo, el verdadero astro es el recogedor: el compañero de equipo que cuelga de otra barra del trapecio para atraparlo y asegurarse de sostenerlo sin que se caiga. Explicó que la clave es la confianza. Con los brazos extendidos, el volador debe confiar en que el recogedor esté preparado y que pueda sujetarlo. Morir es algo así como confiar en Dios como el recogedor. Después de haber volado por la vida, podemos aguardar con ansias que el Señor extienda sus brazos para recoger a sus seguidores, para acercarnos hacia Él para siempre. Me gusta esta idea.

Me recuerda las consoladoras palabra de Jesús a sus discípulos: «No se turbe vuestro corazón; […] voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y […] vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis» (Juan 14:1-3).

La vida es indudablemente un asunto arriesgado, pero ¡arriba ese ánimo! Si has puesto tu fe en Jesucristo, el Recogedor celestial está esperando al otro lado para llevarte a salvo a casa.

Un día, los brazos de nuestro Padre celestial recogerán a sus hijos.

NPD

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