Respuesta: Junto con todos los otros tipos de inmoralidad sexual, el sexo antes del matrimonio / las relaciones prematrimoniales son condenados repetidamente en la Escritura (Hechos 15:20; Romanos 1:29; 1ª Corintios 5:1; 6:13, 18; 7:2, 10:8; 2ª Corintios 12:21; Gálatas 5:19; Efesios 5:3; Colosenses 3:5; 1ª Tesalonicenses 4:3; Judas 7). La Biblia promueve la abstinencia antes del matrimonio. El sexo antes del matrimonio es tan malo como el adulterio y otras formas de inmoralidad sexual, porque todos ellos involucran tener sexo con alguien con quien no se está casado. El sexo entre un esposo y su esposa es la única forma de relación sexual que Dios aprueba (Hebreos 13:4).
El sexo antes del matrimonio se ha vuelto tan común por muchas razones. A menudo nos concentramos en el aspecto de “recreación” del sexo, sin reconocer el aspecto de “re-creación”. Sí, el sexo es agradable. Dios lo diseñó de esa manera. El quiere que los hombres y las mujeres disfruten de la actividad sexual (dentro de los límites del matrimonio). Sin embargo, el propósito primario del sexo no es el placer, sino más bien la reproducción. Dios no declaró ilegal el sexo fuera del matrimonio para quitarnos el placer, sino para protegernos de embarazos no deseados y de niños nacidos de padres que no los desean o no están preparados para ellos. Imagínense cuán mejor sería nuestro mundo si fuera seguido el patrón de Dios para el sexo: menos transmisión de enfermedades sexuales, menos madres solteras, menos embarazos no deseados, menos abortos, etc. La abstinencia es la única norma de conducta de Dios cuando se trata del sexo antes del matrimonio. La abstinencia salva vidas, protege a los bebés, da el valor adecuado a las relaciones sexuales, y lo más importante, honra a Dios.
Respuestas Bíblicas
¿Qué dice la Biblia acerca del sexo antes del matrimonio / relaciones prematrimoniales?
¿JESÚS puede cargar mis cargas?
Mateo 11.28-30
La compasión de Jesucristo es evidente una y otra vez a lo largo de los relatos de los Evangelios; y en el pasaje de hoy muestra una preocupación misericordiosa al invitarnos a venir a Él en busca de alivio. ¿Hay algo más necesario en este mundo que la sensación de ser liberados de todo lo que nos agobia?
El Señor nos invita a venir, tomar su yugo y aprender de Él. A primera vista, un yugo puede sonar como una carga adicional, pero para entender lo que Cristo quiere decir, debemos mirar estos versículos desde su contexto histórico. Un yugo era una barra que se ajustaba sobre el cuello y los lomos de dos animales. Cuando había que transportar una carga pesada, dos bueyes formaban una yunta que distribuía el peso de manera uniforme entre ellos.
Lo que nuestro Señor está describiendo es un proceso de por vida que consiste en acudir a Él en busca de salvación y aprender a conocer su carácter perfecto, sus prioridades y sus planes. Cristo nos pide que nos coloquemos bajo el yugo de su señorío, y nos promete que una vida de sumisión nos vendrá bien y nos dará alivio.
Nuestro Salvador ofrece acompañarnos en cada prueba que enfrentemos. A veces, elimina las dificultades que nos abruman, mientras que en otras ocasiones, alivia los sentimientos de agobio que acompañan nuestras pruebas. Pero habrá ocasiones cuando caminará a nuestro lado en medio de las dificultades y el sufrimiento, dándonos la gracia y las fuerzas para soportar. Incluso en esos momentos descubriremos que su yugo es fácil y su carga ligera, porque su compasión y su poder no nos abandonarán.
¿ALCANZA solo con la SANGRE de CRISTO JESÚS?
Cuando Juan el Bautista vio que el Señor se acercaba, declaró que Cristo era el Cordero de Dios.
Este concepto era familiar para los israelitas, ya que su ley requería la ofrenda de sangre como expiación por el pecado (Lv 17.11). Jesucristo se convirtió en nuestro Cordero expiatorio que pagó toda la deuda del pecado de la humanidad (1 P 3.18). Su muerte aseguró el perdón y la vida eterna para todos los que confían en Él como Salvador. Con respecto a la salvación, nada más es requerido o aceptable para Dios.
Cristo fue quien restauró la relación entre el Padre y el hombre. Murió para traernos...
Redención. Esta era una palabra que se usaba para describir una transacción en el mercado, una operación que recuperaba algo de valor. Toda la humanidad estaba en la esclavitud del pecado, y no podía pagar la pena (Ro 6.23). Como nuestro cordero expiatorio, Jesucristo murió en nuestro lugar, y con su sangre nos redimió para su Padre (1 P 1.18, 19).
Perdón. Como hijos adoptivos de Dios, hemos sido salvos por la sangre de Cristo y perdonados de nuestras transgresiones. El castigo por nuestras acciones ha sido pagado en su totalidad. Entonces, en el momento de la salvación, la culpa por todos nuestros pecados —pasados, presentes y futuros— es borrada.
Medite en lo que el Salvador hizo en el Calvario. Como el Cordero expiatorio, el Señor puso su vida por la nuestra y la entregó para pagar lo que debíamos. Su muerte nos redimió, aseguró nuestro perdón y nos dio un lugar permanente en la familia de Dios. ¡Gracias, Señor, por traer la redención!
Charle Stanley
¿LA SANGRE de CRISTO es EFICAZ?
Lo que la sangre de CRISTO hace por los creyentes
Romanos 3.21-26
Saber lo que creemos es vital para tener una fe sustentadora. Ayer vimos dos de las bendiciones que tenemos por medio de la sangre del Salvador. Hoy veremos dos más.
Al confiar en Cristo como Salvador, somos...
Justificados. La justificación es el proceso por medio del cual Dios nos ve como inocentes, como si no hubiéramos cometido ninguna falta. Romanos 3.23 condena a toda la humanidad como pecadores que están bajo una sentencia de muerte y se enfrentan a una terrible eternidad separados de Dios y de sus bendiciones. Pero todo cambia para la persona que acepta la sangre derramada de Cristo como pago por sus pecados: por medio de Cristo, ese pecador es declarado “no culpable” y adoptado en la familia de Dios (Ga 3.26). El sacrificio de Cristo ha satisfecho nuestra deuda de pecado, y su muerte es contada por Dios como nuestra (Ro 5.9).
Reconciliados. Antes de ser salvos, estábamos separados del Señor y muertos espiritualmente (Ef 2.1). No teníamos forma de cerrar la brecha entre Él y nosotros. Cristo envió al Espíritu Santo para convencernos de nuestra culpabilidad (Jn 16.8), hacernos conscientes de que necesitamos un Salvador, y llevarnos a la fe salvadora. Jesucristo, el Cordero de Dios, quitó la barrera del pecado que nos separaba de Dios. Cristo murió para reconciliarnos con Dios, “haciendo la paz mediante la sangre de su cruz” (Col 1.20).
Como creyentes, debemos entender lo que ocurrió cuando recibimos a Cristo como Salvador. Por su sacrificio, somos redimidos, perdonados, justificados y reconciliados con Dios. Es decir, la sangre de Cristo nos ha llevado de muerte a vida, y nos ha permitido tener una relación eterna con el Padre celestial.
Charle Stayle
¿HAY FALSOS MAESTROS?
"¿Cual es la blasfemia contra el Espíritu Santo?"
Respuesta: El caso de la “blasfemia contra el Espíritu Santo” en el Nuevo Testamento, es mencionado enMarcos 3:22-30 y en Mateo 12:22-32. El término “blasfemia” generalmente puede ser definido como una “irreverencia desafiante.” Nosotros aplicaríamos el término a pecados tales como maldecir a Dios, o degradar deliberadamente las cosas concernientes a Dios. También lo es atribuir algún mal a Dios, o negar algún bien que deberíamos atribuirle a Él. Sin embargo, este caso de blasfemia, es uno específico, llamado “la blasfemia contra el Espíritu Santo” en Mateo 12:31. En Mateo 12:31-32, los fariseos, a pesar de haber presenciado irrefutables pruebas de que Jesús realizaba milagros en el poder del Espíritu Santo, clamaban que el Señor estaba poseído por el demonio “Beelzebú” (Mateo 12:24). Ahora, notemos que en Marcos 3:29-30, Jesús es muy específico acerca de lo que ellos cometieron exactamente: “la blasfemia contra el Espíritu Santo.”
La blasfemia tiene que ver con alguien acusando a Jesucristo de estar poseído por demonios, en lugar de estar lleno del Espíritu. Hay otras maneras de blasfemar contra el Espíritu Santo, pero esta fue “LA” blasfemia imperdonable. Como resultado, la blasfemia contra el Espíritu Santo no puede ser duplicada hoy en día. Jesucristo no está en la tierra ahora, sino sentado a la diestra de Dios. Además, nadie puede ver a Jesucristo realizando milagros y luego atribuirle ese poder a Satanás en lugar de al Espíritu Santo. Aunque no existe la blasfemia del Espíritu actualmente, siempre debemos tener presente que hay un estado de vida imperdonable – el estado de incredulidad continua. No hay perdón para la persona que muere inconversa. El continuo rechazo a la persuasión del Espíritu Santo para confiar en Jesucristo es la blasfemia imperdonable. Recuerde que está escrito en Juan 3:16, “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” La única condición por la que alguien no tiene perdón es si ese alguien no está entre “todo aquel que en Él cree.”
¿Qué es el CALVINISMO?
"¿Qué es el Calvinismo? ¿Es bíblico? ¿Cuáles son los cinco puntos del Calvinismo?"
Respuesta:Estos son los cinco puntos del Calvinismo, sus definiciones y las referencias a la Escritura que usan los calvinistas para defender sus creencias:
Depravación total– Como resultado de la caída de Adán, toda la raza humana está afectada; toda la humanidad está muerta en sus delitos y pecados. El hombre es incapaz de salvarse a sí mismo (Génesis 6:5;Jeremías 17:9;Romanos 3:10-18).
Elección Incondicional– Como el hombre está muerto en el pecado, es incapaz de iniciar una búsqueda de Dios; por tanto, en la eternidad pasada, Dios eligió a ciertas personas para salvación. La elección y predestinación son incondicionales; no están basadas en la respuesta del hombre (Romanos 8:29-30;9:11;Efesios 1:4-6,11-12) porque el hombre es incapaz de responder a Dios, ni de querer hacerlo.
Expiación limitada– Como Dios determinó que solo ciertas personas debían ser salvas, como resultado de la elección incondicional de Dios, Él determino que Cristo debía morir solo por los elegidos. Todos los que Dios ha elegido y por quienes Cristo murió serán salvos (Mateo 1:21;Juan 10:11;17:9;Hechos 20:28;Romanos 8:32;Efesios 5:25).
Gracia irresistible– Aquellos a quienes Dios eligió, los atrae a Sí Mismo a través de la gracia irresistible. Dios hace que el hombre esté dispuesto a venir a Él. Cuando Dios llama el hombre responde (Juan 6:37,44;10:16)
Perseverancia de los santos– Aquellos que Dios ha elegido y atraído a Sí Mismo a través del Espíritu Santo, perseverarán en la fe. Ninguno de los que Dios ha elegido se perderá; ellos están eternamente seguros (Juan 10:27-29;Romanos 8:29-30;Efesios 1:3-14).
Si bien todas estas doctrinas tienen una base bíblica, muchas personas rechazan todas o algunas de ellas. Los llamados “Calvinistas de cuatro puntos” aceptan la ‘Depravación total,’ la ‘Elección incondicional,’ la ‘Gracia irresistible’ y la ‘Perseverancia de los santos’ como doctrinas bíblicas. El hombre es definitivamente pecador e incapaz de creer en Dios por sí mismo. Dios elige a la gente basado únicamente en Su voluntad – la elección no está basada en ningún mérito de la persona elegida. Todos aquellos que Dios ha elegido vendrán a la fe. Todos aquellos que realmente han nacido de nuevo, perseverarán en su fe. Sin embargo, en cuanto a la ‘Expiación limitada’ los Calvinistas de cuatro puntos, creen que la expiación es ilimitada, asegurando que Jesús murió por los pecados de todo el mundo, no solo por los pecados de los elegidos. “Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.” (1 Juan 2:2). Otros versos en oposición a la expiación limitada son;Juan 1:29;3:16;1 Timoteo 2:6; y2 Pedro 2:1.
Sin embargo, los Calvinistas de cinco puntos, ven problemas con los Calvinistas de cuatro puntos. Primero, ellos argumentan que si la ‘Depravación total’ es cierta, entonces es imposible que la ‘Expiación ilimitada’ sea verdad, porque, si Jesús murió por los pecados de cada persona, entonces Su muerte será aplicable o no a un individuo, dependiendo de si esa persona “acepta” o no a Cristo. Pero como hemos visto de la descripción anterior de la ‘Depravación total,’ el hombre en su estado natural no tiene la capacidad para elegir a Dios, ni tampoco desea hacerlo. Además, si la ‘Expiación ilimitada’ es verdad, entonces el infierno está lleno de gente por la que Cristo murió. Él derramó Su sangre en vano por ellos. Para los Calvinistas de cinco puntos, esto es impensable. Favor de notar: este artículo es solo un breve resumen de los cinco puntos del Calvinismo. Para una visión más profunda, favor de visitar las siguientes páginas: Depravación total, Elección incondicional, Expiación limitada, Gracia Irresistible, y Perseverancia de los Santos.
¿Cuál es el verdadero significado de la Navidad?
Respuesta:El verdadero significado de la Navidad es el amor.Juan 3:16-17dice: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” El verdadero significado de la Navidad es la celebración de este increíble acto de amor.
La verdadera historia de la Navidad es la historia de Dios hecho hombre en la Persona de Jesucristo. ¿Porqué hizo Dios tal cosa? ¡Porque nos ama! ¿Porqué fué necesaria la Natividad de Cristo? ¡Porque necesitábamos un Salvador! ¿Porqué nos ama Dios tanto? Porque Él mismo es amor. (1 Juan 4:8). ¿Porqué celebramos la Navidad cada año? Por gratitud hacia Dios por lo que hizo por nosotros, conmemoramos y celebramos Su nacimiento obsequiándonos regalos unos a otros, para adorarlo y también para acordarnos de los pobres y los menos afortunados.
El verdadero significado de la Navidad es amor. Dios amó a los suyos y proveyó el camino – el único Camino – para que pasemos la eternidad con Él. Dios dio a Su único Hijo para ejecutar en Él el castigo por nuestros pecados. Él pagó el precio completo y por eso estamos libres de condenación cuando aceptamos este regalo gratuito de amor. “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8).
¿Deben los Cristianos celebrar la Navidad?
Respuesta:La polémica de si los Cristianos deben celebrar la Navidad o no se ha estado en discusión por siglos. Hay Cristianos dedicados y sinceros en ambos lados del dilema, cada uno con multiples razones del porque o el porque no se debe celebrar la Navidad en los hogares Cristianos. ¿Pero que es lo que dice la Biblia? ¿Da la Biblia instrucción clara sobre si la Navidad es una festividad que debe ser celebrada por los Cristianos?
Primeramente veamos las razones por las que algunos Cristianos no celebran la Navidad. Una razon contra la celebración de la Navidad es que las tradicions que rodean esta festividad tienen su origen en el paganismo. La busqueda de la información sobre este tema es difícil porque los origenes de muchas de nuestras tradiciones son tan oscuros que sus fuentes de información a menudo se contradicen entre ellas. Campanas, velas, muérdago y otras decoraciones se mencionan en la historia del culto pagano, pero el uso de estas en el hogar ciertamente no indica retornar al paganismo. Mientras que hay definitivamente raices paganas en algunas tradiciones, hay muchas más asociadas con el verdadero significado de la Navidad – el nacimiento del Salvador del mundo en Belén. Campanas que tañen para anunciar las buenas nuevas, velas que se encienden para recordarnos que Cristo es la Luz del Mundo (Juan 1:4-9), una estrella que se coloca en la punta del árbol para conmemorar la estrella de Belen y regalos que se intercambian para recordarnos los obsequios de los reyes magos a Jesus, el mas grande regalo de Dios a la humanidad.
Otro argumento contra la Navidad, especialmente el del arbol de navidad es que la Biblia prohibe traer árboles a nuestros hogares para decorarlos. El pasaje más citado es el deJeremías 10:1-16, pero este pasaje se refiere a cortar árboles, cincelar la madera para hacer un ídolo y después decorarlo con plata y oro con el proposito de inclinarse ante él y adorarlo (vease tambienIsaías 44:9-18). El pasaje en Jeremías no puede tomarse fuera de contexto y aplicarse como legitimo argumento contra los árboles de Navidad.
Los cristianos que prefieren ignorar la Navidad indican el hecho de que la Biblia no proporciona la fecha del nacimiento de Cristo, lo cual es cierto. El 25 de diciembre puede no estar ni siquiera aproximado a la fecha en que nació Jesús. Existen un sinnúmero de argumentos en ambos lados, algunos refiriendose al clima en Israel, las costumbres de los pastores en invierno y las fechas de los censos efectuadas por los romanos. Todos estos argumentos contienen de cierto grado de conjetura, lo que nos trae nuevamente al hecho de que la Biblia no nos dice cuando nació Cristo.
Algunos ven en ello la prueba de que Dios no desea que celebremos Su nacimiento, mientras que otros ven en esta omision de la Biblia una tácita aprobación.
Algunos cristianos piensan que puesto que el mundo celebra la Navidad – aunque cada vez se convierte más y más en algo políticamente aceptado, el referirse a esta fecha como “días festivos” – los cristianos no deberian hacerlo. Pero este mismo es el argumento usado por falsas religiones que niegan totalmente a Cristo, al igual que ciertos cultos como los Testigos de Jehova, quienes niegan Su deidad. Aquellos Cristianos que sí celebran la Navidad, tienden a ver en ello, la oportunidad para proclamar a Cristo como “la razón de la celebración” entre las naciones y para aquellos cautivos en falsas religiones.
Como hemos visto, no hay realmente una razón bíblica para no celebrar la Navidad. Al mismo tiempo, no hay tampoco un mandato bíblico para celebrarla. A fin de cuentas, celebrar la Navidad o no, es una decisión personal. Sin importar la opción que los Cristianos elijan en relación a la Navidad, sus puntos de vista no deben ser usados como un arma para atacar o denigrar a aquellos con criterios opuestos, tampoco deben ser usados como un galardón para el orgullo sobre si se debe celebrar esta festividad o no. Como en todo, debemos pedir sabiduria a Aquel que la otorga liberalmente a todo aquel que la busca (Santiago 1:5) y aceptarnos unos a otros en gracia y amor cristianos, independientemente de nuestras opiniones sobre la Navidad.
¿Hay algún pecado que Dios no perdona?
¿Hay algún pecado que Dios no perdone?
Respuesta: Para un hijo de Dios nacido de nuevo, no hay pecado que sea imperdonable. Todo pecado fue perdonado en la cruz, para aquellos que pertenecen a Cristo. Cuando Jesús dijo, “Consumado es.” (Juan 19:30), Él aseguró que el castigo por todos los pecados fue pagado en su totalidad. La palabra traducida como “consumado” es la palabra griega tetelestai. Esa palabra se usaba de diversas maneras. Era utilizada para estampar el sello de “pagado” en un recibo, y también era el sello que se ponía sobre los cargos contra un criminal, una vez que había cumplido su sentencia. Un tetelestai era clavado en la puerta de la casa del criminal, para comprobar que realmente él ya había pagado totalmente por sus crímenes.
Pueden ver la aplicación en la transacción de la Cruz, entre el Señor Jesucristo y Dios Padre. Jesucristo concluyó la transacción legal y satisfizo la justificación demandada por Dios como el pago por el pecado. El Señor Jesucristo se convirtió en nuestro sacrificio por el pecado y “El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” (Juan 1:29). Cuando Cristo estuvo separado de Dios Padre durante esas tres horas de tinieblas sobrenaturales (Mateo 27:45), el trato fue sellado. Como leemos en Lucas, Jesús fue reunido con el Padre. “Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.” (Lucas 23:46). Por tanto, todos los pecados fueron pagados de una vez por todas.
Sin embargo, hay una condición para que Dios perdone el pecado. El hombre debe venir a Dios únicamente a través de Jesucristo. “Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6). El perdón de Dios está disponible para todo el que venga a Él (Juan 3:16), pero para aquellos que no creen en el Señor Jesucristo, no hay perdón ni remisión de pecados (Hechos 10:43). Por tanto, los únicos pecados que Dios no perdonará en esta era de la gracia, son los pecados de aquellos que mueren sin antes haber puesto su fe en Jesucristo. Si una persona pasa por la vida aquí en la tierra, y nunca aprovecha la provisión que Dios ha hecho a través del Señor Jesucristo, pasará la eternidad separado de Dios y por lo tanto, sin haber sido perdonado.
Los creyentes nacidos de nuevo también pecan, y cuando lo hacemos, nos colocamos fuera de la comunión con el Señor. Sin embargo, Dios ha hecho una provisión para eso. El Espíritu Santo que mora dentro de cada creyente nacido de nuevo, nos convence de que hemos pecado, y cuando eso sucede, tenemos la elección de responder de inmediato y renovar nuestra comunión. Una vez que una persona ha nacido de nuevo y ha aceptado a Cristo como su Salvador, no hay manera de que pueda perder la vida eterna en base a sus acciones. Podemos perder nuestra comunión con Dios, y no gozar de nuestra salvación, pero eso es algo que podemos remediar a través de la confesión.
La primera epístola de Juan es una carta escrita a los creyentes nacidos de nuevo, y tiene una información práctica de cómo caminar en comunión con Dios. “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.” (1 Juan 1:8). Ahora, recuerda, esta es una carta dirigida a los creyentes nacidos de nuevo. Dios no se hace ilusiones en cuanto a nosotros y nuestra capacidad para pecar, y nosotros tampoco debemos.
El “Si” al principio de 1 Juan 1:8 y 1:9 es una tercera clase de “si” en el griego, y significa “tal vez si, tal vez no.” Aquí hay una condición; si “confesamos.” Esta palabra en el griego es homologia, que significa “decir la misma cosa, o citar el caso.” Homo significa “mismo” y logia significa “palabra.” Significa que concordamos con Dios en que hemos pecado. Pero todos los pecados fueron perdonados en la cruz, y como creyentes nacidos de nuevo, todos nuestros pecados han sido perdonados. Y porque ese es un hecho legal, necesitamos caminar en luz y en comunión, porque esa es nuestra posición en Cristo Jesús. “Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.” (1 Juan 1:7). Eso no nos da una licencia para seguir pecando. Antes bien, los creyentes nacidos de nuevo que están caminando en luz y comunión con Dios, serán prontos para confesar su pecado, para mantener una continua y clara comunión con el Señor.
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