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Respuestas Bíblicas

¿Cómo recibo el perdón de DIOS?

Enviado por edupa el 11/04/2013 19:53

Respuesta:Hechos 13:38 declara, “Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados.”

¿Qué es el perdón y por qué lo necesitamos?
La palabra “perdonar” significa hacer borrón y cuenta nueva, perdonar, cancelar una deuda. Cuando somos injustos con alguien, buscamos su perdón a fin de restituir la relación. El perdón no es otorgado debido a que la persona merezca ser perdonada. Nadie merece ser perdonado. El perdón es un acto de amor, misericordia y gracia. El perdón es una decisión de no guardar rencor a otra persona, pese a lo que le haya hecho.  

La Biblia nos dice que todos necesitamos el perdón de Dios. Todos hemos cometido pecado. Eclesiastés 7:20 declara, “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.” 1 Juan 1:8 dice, “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.” Todo pecado es a la larga un acto de rebelión en contra de Dios (Salmos 51:4). Como resultado, necesitamos desesperadamente el perdón de Dios. Si nuestros pecados no son perdonados, pasaremos la eternidad sufriendo las consecuencias de nuestros pecados (Mateo 25:46; Juan 3:36).

Perdón – ¿Cómo lo obtengo?
Afortunadamente, Dios es tierno y compasivo. ¡Está ansioso de perdonar nuestros pecados! 2 Pedro 3:9 nos dice que Dios es, “...paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” Dios desea perdonarnos, de manera que ha hecho provisión para nuestro perdón.

El único castigo justo por nuestros pecados es la muerte. La primera parte de Romanos 6:23 declara, “Porque la paga del pecado es muerte...” La muerte eterna es lo que hemos ganado por nuestros pecados. Dios, en Su plan perfecto, se hizo hombre, en la persona de Jesucristo (Juan 1:1, 14). Jesús murió en la cruz, llevando la penalidad que merecíamos – la muerte. 2 Corintios 5:21 nos enseña, “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” ¡Jesús murió en la cruz, llevando el castigo que merecíamos! Siendo Dios, la muerte de Jesús proveyó el perdón por los pecados del mundo entero. 1 Juan 2:2 proclama, “El es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.” Jesús resucitó, proclamando Su victoria sobre el pecado y la muerte (1 Corintios 15:1-28). Gloria a Dios, que a través de la muerte y resurrección de Jesucristo, la segunda parte de Romanos 6:23 es verdad, “...mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

¿Quiere usted tener sus pecados perdonados? ¿Tiene un persistente sentido de culpa que no parece desaparecer? El perdón de sus pecados está disponible si usted pone su fe en Jesucristo como su Salvador. Efesios 1:7 dice, “En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.” Jesús pagó la deuda por nosotros para que pudiéramos ser perdonados. Todo lo que usted tiene que hacer es pedirle a Dios que le perdone a través de Jesús. Si usted cree que Jesús murió para pagar por su perdón entonces ¡El lo perdonará! Juan 3:16-17 contienen este maravilloso mensaje, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.”

Perdón - ¿Es en realidad así de fácil?
¡Sí, es así de fácil! Usted no puede ganar el perdón de Dios. No puede pagar a Dios por su perdón. Usted sólo puede recibirlo por la fe, por medio de la gracia y misericordia de Dios. Si usted desea aceptar a Jesucristo como su Salvador y recibir el perdón de Dios, aquí está una oración que usted puede hacer. Hacer esta oración o cualquier otra, no va a salvarlo. Es solamente el confiar en Jesucristo lo que le puede librar del pecado. Esta oración es simplemente una manera de expresar a Dios su fe en Él, y agradecerle por proveerle su perdón. “Dios, sé que he pecado contra ti y merezco castigo. Pero Jesucristo tomó el castigo que yo merecía, de manera que a través de la fe en Él yo pueda ser perdonado. Me aparto de mi pecado y pongo mi confianza en Ti para la salvación. ¡Gracias por Tu maravillosa gracia y perdón! En nombre de Jesús, ¡Amén!”

¿Ha hecho usted una decisión por Cristo, por lo que ha leído aquí?


¿Es Jesús el único camino al Cielo?

Enviado por edupa el 11/04/2013 19:47

 A menudo escuchamos estas respuestas de la gente: “Básicamente soy una buena persona, tanto que iré al cielo.” “Bueno, hago algunas cosas malas, pero hago más cosas buenas, así que iré al cielo.” “Dios no va a enviarme al infierno solamente porque no vivo pegado a la Biblia. ¡Los tiempos han cambiado “Solamente la gente verdaderamente mala, como los que abusan sexualmente de niños, y los asesinos van al infierno.”


Todos estos son conceptos comunes entre la mayoría de la gente, pero la verdad es que todos estos son mentiras. Satanás, el gobernador del mundo, fabrica estos pensamientos en nuestras cabezas. Él, y cualquiera que sigue sus caminos, es un enemigo de Dios (1 Pedro 5:8). Satanás siempre se disfraza de bueno (2 Corintios 11:14), pero él tiene control sobre todas las mentes que no pertenecen a Dios. “Satanás, el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4:4).

Es una mentira creer que Dios no tiene cuidado de los pecados pequeños, y que el infierno está reservado sólo para la “gente mala.” Todo pecado nos aparta de Dios, aún una “pequeña mentirita blanquita.” Todos hemos pecado, y ninguno es lo suficientemente bueno como para ir al cielo por sí mismo (Romanos 3:23). Entrar al cielo no se basa en que lo bueno pesa sobre lo malo; todos vamos a perder si ese es el caso. “Y si son salvos por el favor de Dios, entonces no es por sus buenas obras. En ese caso, el maravilloso favor de Dios no sería lo que es en realidad – gratuito e inmerecido” (Romanos 11:6). No podemos hacer nada bueno para ganar nuestro camino al cielo (Tito 3:5).

“Entrad al reino de Dios por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella” (Mateo 7:13). Aún si cada uno vive una vida de pecado, y confiar en Dios no es popular, Dios no va a disculparlo. “Solía vivir justamente como el resto del mundo, lleno de pecado, obedeciendo a Satanás, el príncipe de la potestad del aire. El es el espíritu que ahora obra en los corazones de aquellos que rehúsan obedecer a Dios” (Efesios 2:2).

Cuando Dios creó el mundo, era perfecto. Todo era bueno. Entonces creó a Adán y Eva, y les dio libre albedrío, de manera que pudieran escoger seguir y obedecer a Dios o no. Pero Adán y Eva, los primeros seres que Dios creó, fueron tentados por Satanás para desobedecer a Dios, y pecaron. Esto los separó (y a todo el que vino después de ellos, incluyéndonos a nosotros) de estar en capacidad de tener una relación cercana con Dios. Él es perfecto y no puede estar entre el pecado. Como pecadores, no podríamos hacerlo por nosotros mismos. De manera que, Dios hizo un camino para que pudiéramos estar unidos con Él en el cielo. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23). Jesús nació para enseñarnos el camino, para morir por nuestros pecados, y de esta manera poder ser liberados. Tres días después de Su muerte, Jesús se levantó de la tumba (Romanos 4:25), probando Su victoria sobre la muerte. Él llenó el vacío entre Dios y el hombre, a fin de que podamos tener una relación personal con Él si solamente creemos.

“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado” (Juan 17:3). La mayoría de la gente cree en Dios, aún Satanás cree. Pero para recibir la salvación, debemos volvernos a Dios, formar una relación personal, apartarnos de nuestros pecados y seguirle. Debemos confiar en Jesús con todo lo que tenemos y todo lo que hacemos. “Se ha manifestado la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para que quite nuestros pecados. Y todos podemos ser salvos de esta manera, sin importar quienes somos o qué hayamos hecho” (Romanos 3:22). La Biblia enseña que no hay otro camino para la salvación sino a través de Cristo. En Juan 14:6 Jesús dice, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”

Jesús es el único camino de salvación porque es el único que puede pagar nuestra penalidad por el pecado (Romanos 6:23). Ninguna otra religión enseña la gravedad o seriedad del pecado y sus consecuencias. Ninguna otra religión ofrece el pago infinito del pecado que solamente Jesucristo puede proveer. Ningún otro “fundador religioso” fue Dios que se hizo hombre (Juan 1:1,14) – la única manera en que una deuda infinita pudo ser pagada. Jesús tenía que ser Dios, a fin de que pudiera pagar nuestra deuda. Jesús tenía que ser hombre para que pudiera morir. ¡La salvación está disponible solamente a través de la fe en Jesucristo! “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).

¿Ha hecho usted una decisión por Cristo, por lo que ha leído aquí? Nos gustaría saberlo para gozarnos juntamente.

 

¿Cómo puedo vencer el pecado en mi vida cristiana?

Enviado por edupa el 11/04/2013 19:45

 La Biblia habla de los recursos que tenemos para vencer nuestra pecaminosidad:

(1) El Espíritu Santo – El Espíritu Santo es un don que Dios nos ha dado (a Su iglesia) para ser victoriosos en el vivir cristiano. En Gálatas 5:16-25, Dios hace un contraste entre las acciones de la carne y el fruto del Espíritu. En ese pasaje, somos llamados a caminar en el Espíritu.  Todos los creyentes ya poseen el Espíritu Santo, pero este pasaje nos dice que necesitamos caminar en el Espíritu, dejando bajo Su control nuestra voluntad. Esto significa que deberíamos llevar a la práctica lo que el Espíritu Santo nos induce a hacer en nuestras vidas, en lugar de seguir los deseos de la carne.

La diferencia que el Espíritu Santo puede hacer en la vida del creyente se demuestra en la vida de Pedro, quien antes de ser lleno del Espíritu Santo, negó a Jesús tres veces, habiendo dicho antes que seguiría a Cristo hasta la muerte. Una vez lleno del Espíritu, Pedro habló del Salvador a los judíos en Pentecostés de manera fuerte y abierta.

Uno camina en el Espíritu tratando de no bloquear lo que él mismo nos induce a hacer (“sin apagar al Espíritu” como dice en 1ª Tesalonicenses 5:19) y buscar más bien, ser lleno del Espíritu (Efesios 5:18-21). ¿Cómo se llena uno del Espíritu Santo? Primero, es elección de Dios igual que lo era en el Antiguo Testamento. Dios elegía a individuos específicos en el Antiguo Testamento para llenar a estos individuos que él escogía para llevar a cabo una obra que él los quería hacer (Génesis 41:38; Éxodo 31:3; Números 24:2; 1ª Samuel 10:10; etc.) En Efesios 5:18-21 y Colosenses 3:16, hay evidencia de que Dios escoge llenar a aquellos que se están llenando de la Palabra de Dios. De manera que eso nos lleva a nuestro siguiente recurso.

(2) La Palabra de Dios, la Biblia – 2ª Timoteo 3:16-17 dice que Dios nos ha dado Su Palabra para equiparnos para cada buena obra. Esto nos enseña cómo vivir y qué creer, nos revela cuando hemos escogido senderos erróneos, nos ayuda a regresar al sendero correcto, y nos ayuda a permanecer en ese sendero. Como nos comparte Hebreos 4:12, la Palabra es viva y eficaz, y capaz de penetrar en nuestros corazones, para arrancar los problemas más profundos que humanamente hablando no se pueden vencer. El salmista habla acerca de este poder que puede cambiar vidas en Salmos 119:9, 11, 105 y otros versículos. A Josué se le dijo que la clave del éxito para vencer a sus enemigos (una analogía para nuestra batalla espiritual) no era olvidar este recurso, sino más bien meditar en la Palabra día y noche, de manera que pudiera cumplirlo. Él lo hizo, aún cuando lo que Dios le ordenó no tenía sentido militar, y esta fue la clave para su victoria en Su lucha por obtener la Tierra Prometida.

Este comúnmente es un recurso que lo tratamos de manera trivial. Damos prueba de ello al llevar nuestras Biblias a la iglesia o leer el devocionario diario o un capítulo diario, pero fallamos en memorizarla, en meditar en ella, en buscar la aplicación para nuestras vidas, en confesar los pecados que nos revela, en adorar a Dios por los dones que revela habernos dado. A menudo nos volvemos, o anoréxicos o bulímicos cuando se trata de la Biblia. Al alimentarnos de la Palabra, aspiramos lo suficiente como para mantenernos vivos espiritualmente, pero lo hacemos solamente cuando vamos a la iglesia (pero nunca ingerimos lo suficiente para ser cristianos saludables y prósperos); o a menudo nos alimentamos, pero nunca meditamos el tiempo suficiente, como para obtener de ella una nutrición espiritual.

Si usted no ha hecho un hábito de estudiar la Palabra de Dios sobre una base diaria de una manera significativa, y de memorizarla mientras pasa a través de los pasajes que el Espíritu Santo deja grabado en su corazón, es importante que desde ya comience a hacer de ello un hábito. También le sugiero comenzar un diario (puede ser en el computador si usted puede tipiar más rápido que escribir) o en un cuaderno espiral, etc. Tenga como un hábito no dejar la Palabra de Dios hasta que haya escrito algo que lo beneficie. A menudo, yo anoto oraciones que hago a Dios, pidiéndole que me ayude a cambiar en las áreas en las que El también me ha pedido hacer. ¡La Biblia es la herramienta que utiliza el Espíritu en nuestras vidas y en las vidas de otros (Efesios 6:17), una parte indispensable y primordial de la armadura que Dios nos da, para pelear nuestras batallas espirituales (Efesios 6:12-18)!

(3) La oración – Este es otro recurso esencial que Dios ha dado. Nuevamente, este es un recurso que los cristianos mencionan pero no lo ponen en práctica, le dan un uso muy pobre. Tenemos reuniones de oración, tiempos de oración, etc., pero no encontramos el uso que le daba a ella la iglesia de la antigüedad, como puede ver en estos ejemplos en Hechos 3:1; 4:31; 6:6; 13:1-3, etc. Pablo repetidamente menciona cómo oró por aquellos a quienes ministró. Nosotros tampoco utilizamos de la manera correcta este gran recurso que está a nuestra disposición. Pero Dios nos ha dado promesas maravillosas concernientes a la oración (Mateo 7:7-11; Lucas 18:1-8; Juan 6:23-27; 1ª Juan 5:14-15, etc.). ¡Y nuevamente Pablo incluye esto, en su pasaje referente a cómo prepararse para la batalla espiritual (Efesios 6:18)!

¿Cuán importante es esto? Al observar nuevamente a Pedro, se puede ver palabras de Cristo para él en el Huerto de Getsemaní antes de que lo negara. Ahí, mientras Jesús está orando, Pedro está durmiendo. Jesús lo despierta y dice, “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil” (Mateo 26:41). Usted, como Pedro, quiere hacer lo que es correcto, pero no encuentra la fortaleza. Necesitamos seguir la recomendación de Dios de mantenernos buscando, llamando, pidiendo… y El va a darnos la fortaleza que necesitamos (Mateo 7:7). Pero necesitamos no solamente mencionar, sino poner en práctica este recurso.

No estoy diciendo que la oración es mágica. No lo es. Dios es formidable. La oración es simplemente reconocer nuestras propias limitaciones, y el poder inagotable de Dios, y volvernos a El por esa fuerza, para hacer lo que EL quiere que hagamos (no lo que NOSOTROS queremos hacer) (1ª Juan 5:14-15).

(4) La Iglesia - Nuevamente, este último recurso es uno que tendemos a ignorar. Cuando Jesús envió a Sus discípulos, los envió de dos en dos (Mateo 10:1). Cuando leemos acerca de los viajes misioneros en el libro de los Hechos, vemos que no salía un misionero a la vez, sino en grupos de dos o más. Jesús dijo que donde están dos o tres congregados en Su nombre, allí está El en medio de ellos (Mateo 18:20). El nos manda a no dejar de congregarnos como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras (Hebreos 10:24-25). El nos manda confesar nuestras ofensas unos a otros (Santiago 5:16). En la literatura acertada del Antiguo Testamento, se nos dice que hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de su amigo (Proverbios 27:17) “Cordón de tres dobleces no se rompe pronto”. Hay fortaleza en el número (Eclesiastés 4:11-12).

Hay hermanos y hermanas en Cristo, que se comunican a través del teléfono o en persona, y comparten su caminar cristiano, sus luchas, sus problemas, etc., se comprometen a orar unos por otros, y son responsables de sostenerse unos a otros para aplicar la Palabra de Dios en sus relaciones, etc.

Algunas veces los cambios vienen rápidamente en unas áreas, y lentamente en otras. Pero Dios nos ha prometido, que mientras hacemos uso de sus recursos, El VA a producir cambios en nuestras vidas. ¡Persevere sabiendo que El es fiel a Sus promesas!


¿Las mascotas van al cielo?

Enviado por edupa el 26/09/2012 12:03

Respuesta: La Biblia no da ninguna enseñanza específica de si las mascotas / animales domésticos tienen “alma” o si las mascotas / animales domésticos estarán en el cielo. Sin embargo, podemos tomar algunos principios Bíblicos generales y arrojar algo de luz en el asunto. Dios sopló aliento de vida en el hombre (Génesis 2:7), y en los animales (Génesis 1:30; 6:17; 7:15, 22). La principal diferencia entre los seres humanos y los animales, es que el hombre está hecho a la imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26-27). Los animales no están hechos a la imagen y semejanza de Dios. Estar hecho a la imagen y semejanza de Dios significa que el ser humano es semejante a Dios, susceptible a la espiritualidad, con inteligencia, sentimientos y voluntad – y – tiene un aspecto de un ser que continúa después de la muerte. Si las mascotas / animales domésticos tienen un “alma” o un aspecto incorpóreo, deberían por consiguiente ser de una “capacidad” diferente y menor. Esta diferencia probablemente significa que las “almas” de las mascotas / animales domésticos no se mantienen después de la muerte.


Otro factor a considerar en este asunto, es que Dios creó a los animales como una parte de Su proceso creativo en el Génesis. Dios creó a los animales y vio que era bueno (Génesis 1:25). Por tanto, no hay razón por la cual no pudieran haber animales en la nueva tierra (Apocalipsis 21:1). Definitivamente habrá animales durante el reino milenario (Isaías 11:6; 65:25). Es
imposible decir definitivamente si algunos de estos animales deberían ser las mascotas que tuvimos mientras estuvimos aquí en la tierra. Sabemos que Dios es justo y que cuando alcancemos el cielo nos encontraremos en completo acuerdo con Su decisión en este asunto cualquiera sea ésta.

¿Quienes son los 144.000?

Enviado por edupa el 21/08/2012 19:25

Respuesta: El libro de Apocalipsis siempre ha presentado desafíos para su interpretación. El libro está saturado de vívidas imágenes y simbolismos, los cuales la gente ha interpretado de manera diferente dependiendo de sus pre concepciones del libro como un todo. Hay cuatro posturas ante el libro de Apocalipsis: 1) Preterista (la cual ve todos o la mayoría de los eventos en Apocalipsis como ya ocurridos para el final del primer siglo); 2) Historicista (la cual ve Apocalipsis como un panorama de la historia de la iglesia desde los tiempos apostólicos al presente); 3) Idealista (la cual ve Apocalipsis como una representación de la lucha entre el bien y el mal); 4) Futurista (la cual ve Apocalipsis como la profecía de los eventos por venir). De estas cuatro, sólo la postura futurista interpreta Apocalipsis con el mismo método histórico-gramatical que el resto de la Escritura. También es la que mejor se ajusta con la propia afirmación de Apocalipsis de ser un libro profético (Apocalipsis 1:3; 22:7, 10, 18, 19).

Así que la respuesta a la pregunta, “¿Quiénes son los 144,000?” dependerá de cuál postura interpretativa elijas respecto el libro de Apocalipsis. Con la excepción de la postura futurista, todas las otras interpretan los 144,000 simbólicamente, como siendo representativos de la iglesia, y el número “144,000” como simbolismo de la totalidad – p.ej. el número completo – de la iglesia. Aún así, cuando se toma el pasaje como tal: “Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.” (Apocalipsis 7:4), no hay nada en el pasaje que necesite interpretar los 144,000 como alguna otra cosa que no sea literalmente el número de 144,000 judíos, 12,000 tomados de cada tribu de los “hijos de Israel.” El Nuevo Testamento no ofrece ningún texto bien definido que reemplace a Israel con la iglesia.

Estos judíos son “sellados,” lo cual significa que tienen una protección especial de Dios de todos los juicios divinos y del anticristo, para llevar a cabo su misión durante el período de la Tribulación (ver Apocalipsis 6:17, en donde la gente se pregunta quién se sostendrá en pie ante la ira por manifestarse). El período de la Tribulación es un período aún futuro de siete años en el cual Dios ejecutará un juicio divino contra aquellos que lo rechazaron y consumará la salvación para la nación de Israel. Todo esto es de acuerdo a la revelación dada por Dios al profeta Daniel (Daniel 9:24-27). Los 144,000 judíos son una clase de “primicias” (Apocalipsis 14:4) del Israel redimido, lo cual ha sido previamente profetizado (Zacarías 12:10; Romanos 11:25-27), y su misión es evangelizar al mundo del post-Arrebatamiento y proclamar el evangelio durante el período de la Tribulación. Como resultado de su ministerio, millones vendrán a la fe en Cristo. “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos.” (Apocalipsis 7:9).

Mucha de la confusión respecto a los 144,000 es el resultado de las falsas doctrinas de los Testigos de Jehová. Los Testigos de Jehová sostienen que los 144,000 es un número limitado de personas que reinarán con Cristo en el cielo y pasarán la eternidad con Dios. Los 144,000 tienen lo que los Testigos de Jehová llaman la esperanza celestial. Aquellos que no han nacido de nuevo disfrutarán de lo que ellos llaman la esperanza terrenal – un paraíso en la tierra gobernado por Cristo y los 144,000. Claramente podemos ver que las enseñanzas de los Testigos de Jehová se basan en una sociedad de castas en la vida futura con una clase gobernante (los 144,000), y aquellos que son gobernados. La Biblia no enseña tal doctrina de “dualidad de clases.” Es verdad que de acuerdo a Apocalipsis 20:4, habrá gente gobernando con Cristo en el Milenio. Esta gente incluirá a la iglesia (los creyentes en Jesucristo), los santos del Antiguo Testamento (creyentes que murieron antes de la primera venida de Cristo), y los santos de la Tribulación (aquellos que aceptaron a Cristo durante la Tribulación). Sin embargo la Biblia no menciona un límite numérico de este grupo de gente. Más aún, el Milenio es diferente del estado eterno, el cual tendrá lugar al término del período Milenial. En ese tiempo, Dios morará con nosotros en la Nueva Jerusalén. Él será nuestro Dios y nosotros seremos Su pueblo (Apocalipsis 21:3). La herencia que nos ha sido prometida en Cristo y sellada por el Espíritu Santo (Efesios 1:13-14) llegará a ser nuestra y seremos co-herederos con Cristo (Romanos 8:17).

 

TESTIGOS de JEHOVA

Enviado por edupa el 21/08/2012 19:23

 "¿Quiénes son los Testigos de Jehová y cuáles son sus creencias?"

Respuesta: La secta actualmente conocida como los Testigos de Jehová, comenzó en Pensilvania en 1870 como un estudio bíblico iniciado por Charles Taze Russell, quien nombró a su grupo “Millennial Dawn Bible Study”. (Estudio Bíblico del Amanecer Milenial). Charles T. Russel comenzó a escribir una serie de libros a los que llamó “The Millennial Dawn” (El Amanecer Milenial) y que se extendieron hasta seis volúmenes antes de su muerte, conteniendo mucha de la teología que los Testigos de Jehová siguen hasta hoy. Después de la muerte de Russel en 1916, el Juez J. F. Rutherford, amigo y sucesor de Russel, escribió el séptimo y último volumen de la serie El Amanecer Milenial, “The Finished Mystery” (El Misterio Consumado) en 1917. “The Watchtower Bible and Tract Society”(La Sociedad Bíblica del Atalaya) fue fundada en 1886 y rápidamente se convirtió en el vehículo a través del cual el movimiento “The Millennial Dawn” (El Amanecer Milenial) comenzó a compartir sus opiniones a otros. El grupo fue conocido como los “Russelitas” hasta 1931, cuando a causa de una división en la organización, fue renombrada como “Los Testigos de Jehová”. El grupo del cual se separó, se conoce como los “Estudiantes de la Biblia.”

¿En qué creen los Testigos de Jehová? Un minucioso escrutinio de su posición doctrinal en temas como la Deidad de Jesús, la Salvación, la Trinidad, el Espíritu Santo, la Expiación, etc., demuestra más allá de toda duda, que ellos no se ajustan a una posición cristiana ortodoxa sobre estos temas. Los Testigos de Jehová creen que Jesús es el arcángel Miguel, el más alto ser creado. Esto contradice muchas Escrituras, las cuales declaran que Jesús es Dios (Juan 1:1, 14; 8:58; 10:30). Así mismo, los Testigos de Jehová creen que la salvación se obtiene mediante una combinación de fe, buenas obras, y obediencia. Esto contradice innumerables Escrituras, las cuales declaran que la salvación se recibe por medio de la fe (Juan 3:16; Efesios 2:8-9; Tito 3:5). Los Testigos de Jehová rechazan la Trinidad, creyendo que Jesús fue un ser creado, y que el Espíritu Santo es esencialmente el poder de Dios. Los Testigos de Jehová también mantienen una errada teoría sobre la expiación, en la cual la muerte de Jesús pagó únicamente por lo que la raza humana perdió cuando Adán pecó, llamándolo, el derecho a la vida perfecta en la tierra. Por lo tanto, ellos creen en una combinación de fe más la realización de obras acordadas, donde el pecado y la muerte son generosamente expiadas por Cristo, pero la perfección física es alcanzada a través del esfuerzo personal, aparejada con la fe en Cristo.

¿Cómo justifican los Testigos de Jehová esas doctrinas anti-bíblicas? (1) Ellos argumentan que a través de los siglos, la iglesia ha corrompido la Biblia, y (2) Ellos han re-traducido la Biblia en lo que ellos llaman La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras. “La Sociedad Bíblica del Atalaya” alteró el texto original de la Biblia para lograr que encajen sus falsas doctrinas, en vez de basar sus creencias en lo que la Biblia enseña. La Traducción del Nuevo Mundo ha pasado por numerosas ediciones, en la medida que los Testigos de Jehová descubren más y más Escrituras que contradicen sus doctrinas.

Los Testigos de Jehová ya han demostrado ser un culto que está muy vagamente basado en la Escritura. El Atalaya basa sus creencias y doctrinas en las originales y expandidas enseñanzas de Charles Taze Russel, el juez Joseph Franklin Rutherford, y sus sucesores. El Cuerpo Gobernante de La Sociedad Bíblica del Atalaya (“Watchtower Bible and Tract Society”) es el único grupo en su organización que clama tener la autoridad para interpretar la Escritura. En otras palabras, lo que el Cuerpo Gobernante dice concerniente a cualquier pasaje de la Escritura, es visto como la última palabra, así que el pensamiento independiente es fuertemente desanimado. Esto es en directa oposición a la exhortación de Pablo a Timoteo (y a nosotros también) que estudie y se muestre aprobado ante Dios, como un obrero que no sea avergonzado, que utiliza correctamente la Palabra de Dios. Esta exhortación encontrada en 2 Timoteo 2:15, es una clara instrucción de Dios para cada uno de Sus hijos en el Cuerpo de Cristo, que sean como los Cristianos de Berea e investiguen en las Escrituras diariamente para ver si las cosas que les son enseñadas coinciden con lo que la Palabra de Dios dice al respecto.

Los Testigos de Jehová deben ser admirados por sus “esfuerzos evangelísticos”. Probablemente no exista un grupo religioso que sea más fiel que los Testigos de Jehová en esparcir su mensaje. Desgraciadamente, el mensaje está lleno de decepcionantes distorsiones y falsa doctrina. Quiera Dios abrir los ojos de los Testigos de Jehová a la verdad del Evangelio y a la verdad de las enseñanzas de la Palabra de Dios.

Para más información, recomendamos el enlace abajo:
http://www.4jehova.org/

¿Es pecado fumar?

Enviado por edupa el 12/12/2011 11:42

¿El fumar puede ser considerado “beneficioso”? (1 Corintios 6:12).

¿Se puede decir que el fumar verdaderamente “glorifica a Dios con tu cuerpo”? (1 Corintios 6:29).

Honestamente:

¿puede una persona que fuma, hacerlo “para la gloria de Dios”? (1 Corintios 10:31).La Biblia nunca menciona directamente el fumar. Sin embargo hay un par de principios que definitivamente se aplican al fumar. Primero, la Biblia nos ordena no permitir que nuestros cuerpos sean “dominados” por algo. 1 Corintios 6:12 dice, “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.” El fumar es innegablemente una fuerte adicción. Más adelante en el mismo pasaje se nos dice, “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.” (1 Corintios 6:19-20). Indudablemente el fumar es muy malo para tu salud. Se ha comprobado que fumar daña los pulmones y muchas veces el corazón.

Creemos que la respuesta a estas tres preguntas es un rotundo “no”. Como resultado, creemos que fumar es un pecado, por lo tanto no debe ser practicado por los seguidores de Jesucristo.

Algunos argumentan contra este punto de vista, señalando que el hecho de que mucha gente se alimente de comida insana, es igualmente tanto adictivo como malo para el cuerpo. Por ejemplo, mucha gente está tan irremediablemente habituada al café, que no pueden funcionar sin su primera taza de café por la mañana. Mientras que esto es cierto, ¿cómo logra eso hacer que el fumar sea correcto? Nuestro argumento es que los cristianos deben evitar la glotonería y el excesivo consumo de comida insana.

Sí, con frecuencia los cristianos son hipócritas al condenar un pecado y permitir otro... pero de nuevo, ¿cómo logra esto hacer que el fumar honre a Dios?

(1 Juan 1:9). Creemos firmemente que el fumar es un pecado que debe ser abandonado, y vencido con la ayuda de Dios.

 

¿Qué dice la Biblia acerca de consumir alcohol - vino?

Enviado por edupa el 12/12/2011 11:40

Varios versículos animan a la gente a mantenerse alejados del alcohol (Levítico 10:9; Números 6:3; Deuteronomio 14:26; 29:6; Jueces 13:4, 7, 14; 1ª Samuel 1:15; Proverbios 20:1; 31:4,6; Isaías 5:11, 22; 24:9; 28:7; 29:9; 56:12; Miqueas 2:11; Lucas 1:15).

Sin embargo, la Escritura no necesariamente prohíbe a un cristiano beber cerveza, vino, o cualquier otra bebida que contenga alcohol.

·        Los cristianos están llamados a evitar la embriaguez (Efesios 5:18).

·        La Biblia condena la embriaguez y sus efectos (Proverbios 23:29-35). Los cristianos no deben permitir que sus cuerpos sean “dominados” por cualquier cosa (1ª Corintios 6:12; 2ª Pedro 2:19).

·        La Escritura también prohíbe a un cristiano hacer lo que quiera que pudiera ofender a otros cristianos, o a hacer cualquier cosa que pudiera animarlos a pecar contra su conciencia (1ª Corintios 8:9-13).

 

A la luz de estos principios, sería extremadamente difícil para cualquier cristiano decir que está bebiendo alcohol para la gloria de Dios (1ª Corintios 10:31).

Jesús convirtió el agua en vino, probablemente bebía vino de vez en cuando (Juan 2:1-11; Mateo 26:29). En los tiempos del Nuevo Testamento, el agua no era muy limpia. Sin los esfuerzos de la instalación sanitaria moderna, el agua estaba llena de bacterias, virus, y todo tipo de contaminantes. Esta misma realidad se da hoy en día, en la mayoría de los países del tercer mundo.

Como resultado, la gente a menudo tomaba vino (o jugo de uva) porque era menos probable que estuviera contaminado.

En 1ª Timoteo 5:23, Pablo daba a Timoteo instrucciones para que dejara de tomar agua (la cual probablemente era la causa de sus problemas estomacales), y que en su lugar bebiera vino. La palabra griega para vino en la Biblia, es la palabra más básica cotidiana. En esos días, el vino era fermentado, pero no al grado en que lo es hoy. Es incorrecto decir que era jugo de uva, pero también es incorrecto decir que era el mismo vino que se usa hoy en día.

Nuevamente, la Escritura no necesariamente prohíbe a los cristianos beber cerveza, vino o cualquier otra bebida que contenga alcohol. El alcohol no está, de por sí, contaminado por el pecado.

·        Un cristiano más bien debería abstenerse en absoluto de la embriaguez y de la adicción al alcohol (Efesios 5:18; 1ª Corintios 6:12).

La Biblia contiene principios:

·        Sin embargo se hace extremadamente difícil sostener que un cristiano que bebe alcohol, cualquiera sea la cantidad, agrade a Dios.

 

\\\"¿Quién es un Cristiano?

Enviado por edupa el 24/10/2011 14:56

 

Respuesta: El Diccionario Webster define a un cristiano como “una persona que se precia de creer en Jesús como el Cristo, o en la religión basada en la enseñanza de Jesús.” Aunque éste es un buen punto de partida para entender quien es un Cristiano, como muchas definiciones seculares, ésta de alguna manera no alcanza a comunicar en realidad la verdad bíblica de lo que significa ser un Cristiano.

La palabra “cristiano” es utilizada tres veces en el Nuevo Testamento - en Hechos 11:26; Hechos 26:28, y 1 Pedro 4:16. Los seguidores de Jesucristo fueron llamados “Cristianos” primero en Antioquía debido a que su comportamiento, actividad y forma de hablar fueron como los de Cristo. (Hechos 11:26) Originalmente este término fue utilizado por la gente no salva en Antioquía (o sea los no creyentes) como un tipo de apodo despectivo, utilizado para burlarse de los Cristianos. Literalmente significa “perteneciente al partido de Cristo” o “partidario o seguidor de Cristo,” lo cual es muy similar a la manera en la que el Diccionario Webster lo define.

Desafortunadamente con el paso del tiempo, la palabra “Cristiano” ha perdido mucho de su significado y a menudo es utilizada para describir a alguien religioso o que tiene altos valores morales, en lugar de un verdadero seguidor de Jesucristo nacido de nuevo (ésta vez en el espíritu) como lo vemos en Juan 3:3. Mucha gente que no cree ni confía en Jesucristo, se considera cristiana simplemente porque asiste a la iglesia o vive en una nación “Cristiana.” Pero asistir a la iglesia, servir a aquellos menos afortunados que uno, o ser una buena persona, no lo hace a uno un cristiano. Bien dijo una vez un evangelista, “Asistir a la iglesia no hace a uno un Cristiano, al igual que ir a un garaje no hace a uno un automóvil.” Ser un miembro de una iglesia, asistir a los servicios regularmente, y dar para la obra de la iglesia, no pueden hacerle un cristiano.

La Biblia nos enseña que las buenas obras que hacemos no nos pueden hacer aceptables a Dios. Tito el capítulo 3 y versículo 5 nos dice que “Dios nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.” De manera que, un cristiano es alguien que ha sido nacido de nuevo por Dios (espiritualmente hablando) y ha puesto su fe y confianza en Jesucristo. Esto lo vemos en Juan 3:3,7, y en 1 Pedro 1:23. En Efesios 2:8 leemos que “Por gracia somos salvos por medio de la fe y esto no procede de nosotros, sino que es un regalo, un don de Dios, no por obras, para que nadie se gloríe ni se jacte.” Un cristiano verdadero es alguien que se ha arrepentido de sus pecados y ha puesto su fe y confianza solamente en Jesucristo. Su confianza no está en seguir una religión, ni una serie de claves morales, ni una lista de cosas que uno debe o no debe hacer.

Un verdadero Cristiano es una persona que ha puesto su fe y confianza en la persona de Jesucristo, que reconoce que Él murió en la cruz como pago por todos los pecados personales de cada uno de nosotros y que resucitó al tercer día para obtener la victoria sobre la muerte, para dar la vida eterna a todos los que creamos en Él. Juan 1:12 nos dice: “Más a todos lo que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.” Un verdadero cristiano es en verdad un hijo de Dios, una parte de la verdadera familia de Dios, y uno a quien le ha sido dado una nueva vida en Cristo. Por lo tanto Dios pone un deseo en el corazón del cristiano de cambiar totalmente su estilo de vida y le incentiva a llevar una vida santa y pura. La marca de un cristiano verdadero es demostrar amor hacia los demás y la obediencia a la Palabra de Dios. Esto lo vemos en las Sagradas Escrituras en 1 Juan 2:4 y en 1 Juan 2:10.

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¿Cómo distinguir lo verdadero de lo falso?

Enviado por edupa el 18/08/2011 15:49

Todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.

Mateo 7:17

La Didaché, uno de los escritos cristianos más antiguos después del Nuevo Testamento, da varias pautas para distinguir a los profetas verdaderos de los falsos. En primer lugar, un verdadero profeta no abusará de la hospitalidad, sino que seguirá adelante, atendiendo su ministerio y su misión. Pero un falso profeta dará vueltas indefinidamente, preocupado solo por satisfacer sus propios intereses.

En segundo lugar, a diferencia del falso profeta, el verdadero profeta se opone a la excesiva solicitud de dinero. Está contento con el apoyo para las necesidades fundamentales de la vida y del ministerio.

En tercer lugar, la manera de vivir de un verdadero profeta corresponderá con las normas de justicia que enseña. Es muy probable que un falso profeta enseñe una cosa y practique otra.

Un verdadero ministro del evangelio mostrará lo que Pablo escribió: "Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo" (2 Co. 2:17). 

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