Ganadores y perdedores
Lectura: 1 Pedro 3:8-12
… con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo. —Filipenses 2:3
Cuando terminó un campeonato Eliana, de cuatro años, estaba llorando. Fue extraño, ya que a ninguno de los padres de la niña le interesaba particularmente quién ganara el juego.
Cuando se le preguntó por qué lloraba, ella dijo: «Me dan lástima. Parecen tan tristes».
¿Podemos aprender de una niñita alguna lección sobre la compasión? En un mundo donde ganar es tan importante y donde los perdedores son rechazados, olvidados y tratados injustamente, necesitamos recordar esto:
Cuando vemos que otros lidian con una pérdida.
¿Estamos dispuestos a llorar con ellos, darles un abrazo y ofrecerles ayuda?
Varios pasajes de las Escrituras nos desafían a tratar a los demás con compasión.
Filipenses 2:1-3 nos dice que pensemos más en los demás que en nosotros mismos, que nos ocupemos de sus necesidades y no solo de las nuestras.
En 1 Pedro 3:8-12, se nos recuerda que la compasión significa tratar a los demás «fraternalmente».
Y Colosenses 3:12-15 declara que la misericordia, la bondad y la humildad son pruebas de que Dios nos ha redimido.
Mira a tu alrededor.
· ¿Ves a alguien que esté atravesando una difícil pérdida?
· Haz algo más que sentir pena por esa persona.
· Muéstrale tu compasión y el amor de Dios.
Una medida de nuestra semejanza a Cristo es la sensibilidad ante el sufrimiento de los demás.
NPD